Páginas

lunes, 27 de junio de 2016

Los círculos no se cierran (a veces)

Te escribí muchas cartas. Ni siquiera en fechas especiales. Los te quiero, eres lo mejor que me ha pasado dejaron espacio al silencio. No había palabras. Se agotaron. Pero los sentimientos estaban ahí.

Conocerte fue una experiencia de las que te acompañan toda la vida. Tal vez te tenía idealizado, y eso no es sano. ¿Y tú a mí?

Eramos un equipo. Todo se hablaba, se planeaba y se discutía. Si existiera una balanza para sopesar los momentos en los que reímos y los que nos enfadamos, los primeros ganarían por goleada.

Veníamos de planetas distintos. Y a pesar de ello, nos entendimos, respetamos nuestras diferencias. A veces, era duro pero lo intentamos.

El amor verdadero no tiene nada que ver con momentos idílicos, sino con instantes complicados y grises que no entran en tus planes y en cómo los gestionas.

Una palabra mal dicha o mal interpretada es capaz de fundir el abrazo más intenso que se dio.

Un día despiertas y te preguntas cómo has sido capaz de herir a quien más has amado. La respuesta es sencilla: eras otra persona, en otro contexto, con mucho por aprender. Ya has guardado la fusta y no te castigas porque has asumido que no eres perfecta, ni la mejor persona, ni falta que hace.

Sólo estás aquí para aprender. Y lo has hecho. Y lo seguirás haciendo. 

En esta historia no hubo malos ni buenos. Y sí una sobredosis de torpeza. 

Lo mejor de visualizar los propios errores, de aceptar tus límites es que esa experiencia servirá para hacer mejor o de otra manera las cosas.

Ya no contigo. Aunque siempre estés conmigo.

¿Cómo odiar a quien te quiso? Tal vez la vehemencia ante lo que no entendía (tu comportamiento) me empujara a hacerlo, pero no lo conseguí. Lo bueno ha pesado más.

Espero que en tu interior también sólo quede un pequeño espacio para lo hermoso que tuvimos el privilegio de compartir. Gracias por enseñarme tanto y por quererme.

Veo normal, dedicar unas palabras a las personas que te cambiaron la vida.

Nos conocimos en una crisis, ahora aparece otra... los círculos quizás no se cierren.