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jueves, 7 de julio de 2016

Paso de trenes




Con el cine me pasa como con los hombres: soy enamoradiza. Aunque no me he enamorado desde hace años. ¿Un flirteo entonces? Vamos a dejarlo así. 

Acabo de ver "Las ovejas no pierden el tren", una de esas películas pequeñas/grandes que tal vez nadie recuerde en diez años.

La trama gira en torno a cuatro personas que deciden no obsesionarse con esa idea de que has de aprovechar el último tren. Cómo detesto las frases hechas. 

En una escena aparece el padre de Raúl Arévalo y Alberto San Juan, y ahí es cuando la comedia reflexiva me ha hecho pulsar el 'pause' sin querer. Su padre sufre una enfermedad que le hace decir cosas incongruentes. Son sólo unos minutos, pero la sonrisa aparece, y mira que es jodido lograr algo así.

Mi padre también dice cosas sin sentido. De hecho, hace dos años que mi padre no me parece mi padre. A veces, como en la película, también sonrío, y otras, también como en la película, quiero que todo sea como antes. Y que haya más risas.

Yo perdí al que creía que era el amor de mi vida justo cuando él comenzó este proceso. Sólo que en mi caso, ni me fui a vivir al campo (Inma Cuesta y Raúl Arévalo) ni inicié una relación con alguien veinte años más joven que yo (Alberto San Juan) Me quedé sola, agobiada, desconcertada, triste, sin saber qué hacer y sobre todo no afrontando la realidad.

Salí, bailé, lloré, y saqué tanta fuerza que tenía dormida que aún no sé cómo lo logré. Cual Candela Peña (la amo) aposté por el optimismo.

Nadie te prepara para esto. La gente habla de bebés, de bodas, de noviazgos que empiezan, de frivolidades, de sus problemas y de que la selección está fuera de la Eurocopa.¡Y es todo tan normal! Pero a mí me parece absurdo en estos momentos. Su felicidad me alegra aunque no la viva al 100% (¿seré mala persona?)

Otros, sin comerlo ni beberlo vivimos estas situaciones. Y aferrándome a las frases hechas que tanto detestan los personajes de Arévalo y San Juan (excelente escena la del balcón) "lo que no te mata, te hace más fuerte", ahí estoy: siendo la mujer roca de talco.

No tengo ni idea de cuántos trenes habrán pasado en lo que va de año, ni si me habré perdido algo interesante, pero lo que tengo claro es quien merezca la pena, estará en mi vida y se subirá a mi tren sin necesidad de que le envíe ni una sola señal. 

Será como tumbarse en mitad del campo y dejar que las hormigas jueguen por tus brazos haciéndote cosquillas.

Cuando no buscas: encuentras.

Os recomiendo la película escrita y dirigida por Alvaro Sánchez Armero. A veces, como con las canciones, algunas historias ficticias se parecen tanto a tu existencia que dan ganas de pedir derechos de autor al guionista.

Joana Sánchez González

3 comentarios:

  1. Por eso la filosofía oriental se basa en dejar fluir las cosas, como un río, el agua que corre es limpia, no se corrompe como el agua que se estanca. Una excelente reflexión la de este artículo.

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  2. Interesante reflexión- Al igual que a ti, algunas frases hechas no me gustan. No creo que lo que no mate te haga más fuerte. Te caen sin esperarlas y tienes que afrontarlas y sacar fuerzas. También viví con mi padre esos momentos que decía cosas incongruentes y que no me parecía aquel padre que una vez fue. Un camino sin retorno en el que a veces perdí los nervios, otras reí y lloré. La verdad que lloré más que reí.

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    1. Hola Arantxa, sólo quien vive una situación de este tipo sabe detectar en otro que también ha pasado o pasa por ella. Los demás (sin maldad) dicen comprenderte, te mandan ánimos y frases hechas, con cariño pero no sirven de nada. Me reconozco en todo lo que dices al final. Pero, hay que seguir y valorar a esa buena gente que sin decir nada, está a tu vera. Besos.

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